Investigadores participan en el programa Inicios Mágicos de la Ciencia, donde estudiantes de cuarto grado de una primaria en Monterrey aprenden a analizar y transformar cáscaras de frutas y otros subproductos en alimentos con valor nutracéutico, como parte de un proyecto de divulgación científica que busca despertar vocaciones desde la infancia.
Como parte del programa Inicios Mágicos de la Ciencia, investigadores universitarios desarrollan un proyecto de divulgación científica dirigido a niños de primaria, con el objetivo de acercarlos al conocimiento científico a través de actividades prácticas relacionadas con la alimentación y el aprovechamiento de subproductos agroindustriales.
El Dr. Pablo Alan Rodríguez Salinas, investigador del Centro de Investigación y Desarrollo de Industrias Alimentarias (CIDIA) de la UANL y especialista en desarrollo de nuevos productos, explicó que el proyecto consiste en enseñar a estudiantes de cuarto grado cómo reutilizar cáscaras de frutas y otros subproductos que normalmente se desechan, para transformarlos en alimentos con valor nutracéutico.
La iniciativa se realizó cada viernes durante octubre, y al finalizar este curso los niños presentaron una pequeña feria de ciencias junto a sus familias.

Ciencia de los alimentos en las primarias
Rodríguez detalló que trabaja junto al Dr. Guillermo Niño Medina, experto en panificación, y con la coordinación de la Dra. Juanita Guadalupe Gutiérrez Soto, líder del proyecto que comenzó en el 2022. El equipo guía a los menores en actividades que van desde la identificación y análisis de subproductos hasta la elaboración de repostería saludable.
En una de las sesiones, los 20 niños participantes llevaron cáscaras de plátano, naranja y aguacate para analizar su potencial nutracéutico mediante reacciones químicas sencillas. Los resultados permitieron seleccionar los ingredientes con mayor capacidad antioxidante para integrarlos a nuevas recetas.
Rodríguez detalló que trabaja junto al Dr. Guillermo Niño Medina, experto en panificación, y con la coordinación de la Dra. Juanita Guadalupe Gutiérrez Soto, líder del proyecto que comenzó en el 2022. El equipo guía a los menores en actividades que van desde la identificación y análisis de subproductos hasta la elaboración de repostería saludable.

En una de las sesiones, los 20 niños participantes llevaron cáscaras de plátano, naranja y aguacate para analizar su potencial nutracéutico mediante reacciones químicas sencillas. Los resultados permitieron seleccionar los ingredientes con mayor capacidad antioxidante para integrarlos a nuevas recetas.
Queremos que los niños comprendan que aquello que suelen tirar tiene valor y puede convertirse en alimentos nutritivos. Ellos mismos evalúan los extractos, comparan colores y entienden cuál tiene mejores propiedades”.
Dr. Pablo Alan Rodríguez Salinas
Por su parte, el Dr. Guillermo Niño subrayó la importancia de vincular a la infancia con la ciencia desde edades tempranas.
Aseguró que uno de los pilares de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) es que el conocimiento no se quede en laboratorios o congresos, sino que llegue a la población.

Sembramos una semillita. Cuando un niño te pregunta por qué ocurre una reacción, sabes que está poniendo atención. Si les damos herramientas ahora, en el futuro podrán investigar, desarrollar y generar conocimiento.
Dr. Guillermo Niño Medina
El investigador añadió que el principal reto consiste en adaptar el lenguaje científico para que los niños comprendan conceptos como antioxidantes o reacciones químicas mediante ejemplos visuales.
Durante las sesiones, los menores realizan experimentos que cambian de color según el nivel de antioxidantes en los alimentos, lo que facilita la comprensión.
El proyecto Inicios Mágicos de la Ciencia involucra también a estudiantes y especialistas de otras facultades de la UANL: Odontología, Ciencias Biológicas, Agronomía, Medicina Veterinaria y Organización Deportiva, quienes trabajan con grupos de distintos grados académicos.


La escuela participante “J.J. Fernández de Lizardi”, ubicada en el centro de Monterrey, forma parte de una estrategia de divulgación que busca acercar la ciencia a comunidades escolares y despertar vocaciones científicas desde la niñez.



