La astrónoma mexicana Julieta Norma Fierro Grossman falleció este viernes 19 de septiembre de 2025 a los 77 años, según confirmó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Julieta Fierro, una de las figuras más emblemáticas de la ciencia y la divulgación en México. Su partida representa una pérdida profunda, no sólo para la comunidad astronómica y académica, sino para la sociedad en su conjunto, que ella ayudó a abrir a las maravillas del universo.
Nacida el 24 de febrero de 1948 en la Ciudad de México, Fierro se graduó en Física por la UNAM y obtuvo una maestría en Astrofísica. A lo largo de su carrera, se especializó en el estudio de la materia interestelar y el sistema solar.
Fue investigadora titular del Instituto de Astronomía de la UNAM y profesora en la Facultad de Ciencias, donde dedicó más de cuatro décadas a acercar el conocimiento científico a estudiantes y al público en general.
Entregada a la divulgación de la ciencia
Además de su labor investigadora, Fierro fue una destacada divulgadora científica. Publicó 40 libros, de los cuales 23 son de divulgación, y escribió numerosos artículos en diversos medios. Su estilo accesible y apasionado logró acercar la ciencia a públicos de todas las edades, incluyendo niños.

Participó en la creación de museos y planetarios, como Universum y el Museo Descubre, y dictó cientos de conferencias y talleres.
Además, fue una docente generosa, una conferencista incansable y confería una dimensión humana a la ciencia: capaz de mostrar que el cosmos no está lejos, sino que nos toca, nos inspira, nos conecta con nuestras propias preguntas sobre el origen, la maravilla, la curiosidad.
Fue también pionera al abrir espacios para que las niñas y los jóvenes vieran la ciencia como un camino posible.
Su influencia perdurará: en los planetarios que llevan su nombre, en las generaciones de estudiantes que fueron tocadas por sus clases, talleres o charlas; en los libros que seguirán circulando; en cada niño o niña que al mirar al cielo pregunte “¿qué será eso?” con el mismo asombro que ella promovía.
Reconocimientos a su trayectoria
Julieta Fierro recibió numerosos reconocimientos, incluyendo doctorados honoris causa, premios nacionales e internacionales, y su membresía en instituciones tanto científicas como de lengua.

A lo largo de su vida recibió múltiples reconocimientos, entre ellos el Premio Kalinga de la UNESCO en 1995, la Medalla de Oro Primo Rovis en 1996 y el Premio Klumpke-Roberts en 1998.
En 2023, fue elegida miembro de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias. Su legado perdura en instituciones educativas, museos y hasta en una especie de luciérnaga que lleva su nombre: Pyropyga julietafierroae.
La UNAM expresó su profundo pesar por su fallecimiento, destacando que con su voz y dedicación acercó la ciencia a varias generaciones, dejando un legado que trasciende las fronteras y el tiempo.
Julieta Fierro será recordada como una mujer incansable, una científica apasionada y una educadora generosa que dedicó su vida a compartir el fascinante mundo de la ciencia con todos.
