La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su campus en Morelia, celebró el pasado viernes 4 de abril la ya tradicional Feria Infantil UNAM Morelia, un evento gratuito que año con año abre sus puertas a las infancias del estado para acercarlas a la ciencia, la cultura y la imaginación.
En esta edición 2025, la feria rompió récord de asistencia al recibir a más de 2,250 personas, entre grupos escolares y familias, en las instalaciones ubicadas en la Antigua Carretera a Pátzcuaro.
Por primera vez, el evento se realizó entre semana, lo que permitió una mayor participación de escuelas y grupos organizados.
“Queríamos que más niñas y niños pudieran disfrutar de estas actividades, y abrir el espacio entre semana hizo una gran diferencia”, comentó uno de los organizadores.

Durante la jornada, los asistentes —tanto chicos como grandes— pudieron disfrutar de 50 actividades diseñadas especialmente para públicos de educación básica. Talleres, experimentos, juegos, espectáculos de matemagia, cuentacuentos, planetario móvil, teatro, impresión 3D, observación astronómica, biblioteca móvil y hasta un concierto formaron parte del nutrido programa.
“Es emocionante ver a tantos niños con los ojos brillando al descubrir cómo funciona el universo o cómo se imprimen objetos en tercera dimensión. La ciencia también es juego, es asombro”, expresó una tallerista del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA).
La feria fue el resultado de un esfuerzo colectivo entre las ocho dependencias académicas y una administrativa del campus, además de contar con la participación de más de 200 talleristas y 30 voluntarios.
Las dependencias participantes fueron el IRyA, el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), el Centro de Ciencias Matemáticas (CCM), el Centro de Investigación en Geografía Ambiental (CIGA), el Instituto de Geofísica Unidad Michoacán (IGUM), el Instituto de Investigaciones en Materiales Unidad Morelia (IIM), la Unidad de Investigación sobre Representaciones Culturales y Sociales (UDIR), el Laboratorio Nacional de Materiales Orales (LANMO), el UNAM Centro Cultural y la Coordinación de Servicios Administrativos (CSAM), así como la Delegación de la Olimpiada Matemática en Michoacán (OMM).
“El compromiso de la UNAM es claro: hacer de la ciencia un derecho accesible para todas y todos, desde la infancia. Esta feria es una forma de cumplirlo”, señaló una representante del campus.
A lo largo de casi 30 años de existencia, el campus UNAM Morelia ha apostado por la socialización del conocimiento mediante programas permanentes de visitas escolares, giras educativas y ferias como esta.
Con esta feria, la Universidad Nacional Autónoma de México reafirma su papel como institución pública comprometida con la educación, la divulgación científica y la inclusión cultural en todos los rincones del país.
¿Por qué acercar la ciencia a los pequeños?
Acercar la ciencia a las infancias no solo despierta la curiosidad natural de niñas y niños, sino que también sienta las bases para una sociedad más crítica, informada y participativa. La niñez es una etapa clave para el desarrollo del pensamiento científico: preguntar, observar, experimentar y sorprenderse son procesos que ocurren de forma natural en esa edad.


“Cuando la ciencia se presenta como un juego o un cuento, deja de ser intimidante y se convierte en una herramienta poderosa para descubrir el mundo”, explican docentes de la UNAM en actividades como la Feria Infantil UNAM Morelia. La divulgación científica desde edades tempranas fomenta habilidades como la resolución de problemas, el trabajo colaborativo, la creatividad y el pensamiento lógico. Además, promueve una cultura de equidad, al mostrar que la ciencia no es solo para algunos, sino para todas y todos, sin importar género, origen o contexto.
Asimismo, acercar la ciencia a los más pequeños puede inspirar futuras vocaciones en campos como la biología, astronomía, matemáticas, medio ambiente o tecnología. Pero incluso si no se dedican a estas áreas, los conocimientos científicos básicos les permitirán tomar mejores decisiones en su vida cotidiana: desde cuidar el agua hasta entender una noticia de salud pública.
“La ciencia no debe quedarse en los laboratorios. Debe estar en las plazas, en las aulas, en los parques y en las ferias, hablándole a las niñas y los niños en su propio idioma: el del asombro”, señaló una tallerista de la Feria Infantil.
En un mundo donde los retos globales —como el cambio climático, las pandemias o la inteligencia artificial— requieren comprensión y pensamiento crítico, sembrar la semilla científica en la infancia es también una forma de construir un futuro más consciente y justo.



