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Los Bosques de Coníferas de Nuevo León*

El estado de Nuevo León cuenta con una superficie de 64,175 km2, su elevación va de los 68 a los 3,700 metros sobre el nivel del mar, encontrándose dentro de sus límites, las provincias fisiográficas la Planicie Costera del Golfo, el Altiplano Mexicano y la Sierra Madre Oriental (Ferrusqullia, 1993), siendo el Cerro El Potosí, junto con el cerro La Viga, en colindancia con el estado de Coahuila, los de mayor elevación del norte de México con 3,700 metros de altitud (Moreno, 2005) (Figura 1).

La relación entre elevación y diversidad biológica indica que a nivel de ecorregiones, aquellas con mayor rango de elevación y superficie tienden a tener más tipos de vegetación primaria; sin embargo, la ecorregión correspondiente a la Sierra Madre Oriental en México, presenta el mayor número (24) de tipos de vegetación natural, no obstante que sólo abarca 4,796,070 hectáreas (ubicada en el lugar 13 por su tamaño a nivel nacional) y un gradiente altitudinal de los 486 a los 3,700 msnm (Koleff et al., 2009).

Figura 1. Rango de elevación de los estados de la república mexicana.

En Nuevo León se registran 20 de los 61 tipos de clima descritos para México (García-CONABIO, 1998), dentro de tres tipos generales: Cálido (A), Árido (B) y Templado (C), cubriendo 13.8%, 83.3% y 3.8% de su territorio, respectivamente. Cabe destacar que del tipo Cálido, sólo el subtipo semicálido está presente en Nuevo León; del tipo Árido se registran los subtipos: muy árido, árido y semiárido, mientras que del tipo Templado están presentes los subtipos: templado y semifrío (Uvalle et al., 2013).

Nuevo León destaca por ser zona de transición entre los reinos biogeográficos Neártico y Neotropical, lo que determina que albergue una gran biodiversidad. No obstante que su territorio representa sólo el 3% de la extensión de México, de las 23,424 especies de plantas registradas para el país en la base de datos de Conabio, 1,091 (4.7%) están presentes en Nuevo León y de las 5,488 especies de vertebrados existentes en el país, para el estado, se han registrado 574 (10.5%) (Llorente-Bousquets y Ocegueda, 2008). Sin embargo, estas cifras son conservadoras ya que Villarreal y Estrada (2008) reportan 3,175 especies de plantas y Contreras y colaboradores (1994) consignan 720 especies de vertebrados para Nuevo León, lo que representa el 13.6% de las plantas y 13.1% de los vertebrados registrados para el país; lo que, sin duda, refleja la extraordinaria biodiversidad de Nuevo León.

En cuanto a los nueve tipos de vegetación potencial reportados para México (Rzedowski, 1990), en Nuevo León se presentan dos: matorral xerófilo y bosque templado, este último, corresponde a las zonas de montaña de la Sierra Madre Oriental (SMOr) que cruza transversalmente al estado, donde prosperan principalmente bosques de coníferas. A nivel global, la mayoría de las especies de coníferas se encuentra en zonas entre los 500 y 1,500 metros sobre el nivel del mar (Eckenwalder, 2009), tal como se observa en la relación entre el número de especies de gimnospermas registradas en los estados de México, respecto a su gradiente altitudinal (Figura 2). No obstante que Nuevo León es el décimo estado del país en cuanto a su gradiente altitudinal, destaca con el segundo mayor número de especies gimnospermas después de Veracruz, esto se puede explicar, muy probablemente, por su situación latitudinal y orobiomas que se presentan en la SMOr lo que determina una compleja mezcla de especies de afinidades neártica y neotropical (Figuras 1 y 2).

Figura 2. Número de especies de gimnospermas registradas en la base de datos de Conabio (Llorente-Bousquets y Ocegueda, 2008) para los estados de México, respecto a su rango altitudinal.

Para México se tiene registro de un total de 150 especies de gimnospermas, además de 63 subespecies, variedades o formas. De éstas, 91 especies corresponden a Coniferophytas, además de 57 categorías infraespecíficas; 52 especies a Cycadophytas y cinco taxones infraespecíficos, así como siete especies a Gnetophytas, más un taxón infraespecífico (Llorente-Bousquets y Ocegueda, 2008). Para el estado de Veracruz se tiene registro de 31 especies de gimnospermas, destacando Nuevo León con 30 especies en el segundo lugar nacional, seguido de Coahuila, Durango, Oaxaca, Hidalgo y Chihuahua. Esto significa, que no obstante la gran superficie con bosques de coníferas que tienen estos estados, con más del 12% de su territorio, son superados en riqueza de especies de gimnospermas por Veracruz y Nuevo León que sólo cuentan con 1.4% y 6.1% de su territorio con este sistema ecológico, respectivamente (Figuras 3 y 4).

Figura 3. Cobertura relativa con bosque de coníferas (Inegi, 2007) de los estados de México, respecto a su superficie total.
Figura 4. Número de especies de gimnospermas registradas en la base de datos de CONABIO (Llorente-Bousquets y Ocegueda, 2008), respecto a la cobertura de bosque de coníferas (Inegi, 2007) de los estados de México.

La carta de uso del suelo y vegetación del Inegi (2007) divide en 11 tipos de ecosistemas naturales terrestres al país, de los cuales siete se reportan en Nuevo León (Figuras 5 y 6). El sistema ecológico bosque de coníferas, concentra el mayor número de especies de gimnospermas, es por ello que se presenta su cobertura respecto a otros sistemas ecológicos y con relación a la superficie estatal de México. Otros sistemas ecológicos en los que también se presentan especies de gimnospermas en México, son: bosque de encino (Quercus-Pinus), bosque mesófilo de montaña (Pinus, Podocarpus), selvas húmedas, subhúmedas y caducifolias (Zamia y Ceratozamia), Bosque de encinos (Dioon)ymatoral xerófilo (Ephedra), así como otros tipos de vegetación (bosque de galería: Taxodium) (Inegi, 2007) (Figuras 4 y 5).

 El sistema ecológico bosque de coníferas cubre un total de 13,852,125 hectáreas, es decir, 7.1% del territorio nacional. Con excepción de los estados de Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, los bosques de coníferas están presentes en todos los estados de la república mexicana. Cinco estados: Chihuahua, Durango, Oaxaca, Michoacán y Guerrero cuentan con el 67% de la superficie de bosques de coníferas del país (Inegi, 2007).

El sistema ecológico bosque de coníferas incluye siete tipos de vegetación cuya cobertura relativa a nivel nacional se presenta, entre paréntesis, a continuación: bosque de pino (49.1%), bosque de pino-encino (45.6%), bosque de oyamel (Abies) (2.8%), bosque de táscate (Juniperus) (2.2%), bosque de ayarín (Pseudotsuga) (0.3%), bosque de cedro (Cupressus) (0.01%) y matorral de coníferas (0.01%). Esto significa que el 94.7% de la superficie con bosques de coníferas de México, corresponde a dos tipos de vegetación: bosque de pino y bosque de pino-encino (Figura 5).

Figura 5. Superficie de los sistemas ecológicos y tipos de uso del suelo para México (Inegi, 2007) respecto a su cobertura en ANP.

A nivel nacional, el 14% de los bosques de coníferas se encuentra dentro de áreas naturales protegidas (ANP). No obstante que esta cifra es superior a la media mundial y nacional protegida que es del 12%, se debe destacar que entre las metas establecidas para el año 2020 para protección de la biodiversidad en el marco de la Convención para la Diversidad Biológica, en la COP-10 de Nagoya, Japón, también conocida como la meta de Aichi (CDB-PNUMA, 2011), se estableció el compromiso de proteger, al menos, el 17% de los ecosistemas representativos del planeta, por lo que en México, se tiene un déficit en la superficie protegida para los sistemas ecológicos: bosque de coníferas, bosque mesófilo de montaña y bosque de encinos, entre otros (Figuras 5 y 6).

Sin embargo, si se consideran los estados de la república, de manera independiente, se tiene que en 15 de éstos, se protege más del 17% de sus bosques de coníferas en ANP. Por el contrario, el resto de los estados, entre los que se encuentran Chihuahua, Durango, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, incluyen menos del 12% de la cobertura de este tipo de ecosistema en ANP. Por otra parte, Baja California Sur y Aguascalientes, incluyen la totalidad de sus bosques de coníferas en ANP. En el caso particular de Nuevo León, 33% de sus bosques de coníferas se encuentran protegidos en ANP (Figura 6).

Figura 6. Superficie del sistema ecológico bosque de coníferas a nivel estatal respecto a su cobertura dentro de ANP (Inegi, 2007).

En contraste con la condición nacional, en Nuevo León el 30% de su superficie con el sistema ecológico bosque de coníferas está dentro de ANP, muy por encima de la meta de Aichi (17%) para el año 2020.

El estado de Nuevo León, cuenta con 22 tipos de vegetación natural que cubren el 67.6% de su territorio, por debajo del 73% existente a nivel nacional (Inegi, 2007), esto significa que un tercio del territorio de Nuevo León está cubierto por zonas agropecuarias, vegetación inducida, zonas urbanas y asentamientos humanos, muy por encima de los valores equivalentes a nivel mundial y nacional de 24% y 27%, respectivamente (MEA, 2005; Cantú et al., 2011b). Sin embargo, en Nuevo León el 59.7% de su superficie cuenta con vegetación primaria, muy por encima del 49.3% registrado a nivel nacional (Cantú et al., 2011b) (Figura 7 y 8).

En Nuevo León, sólo 10.6% de su territorio está cubierto por bosques templados, 6.8% de bosques de coníferas y 3.8% de bosques de encinos. Los tipos de vegetación del sistema ecológico bosque de coníferas cuya cobertura en ANP está por debajo de la meta de Aichi (17%) para protección de la biodiversidad son el bosque de táscate, bosque de oyamel y bosque de encino-pino primario (Figura 8).

Figura 7. Superficie de los sistemas ecológicos presentes en Nuevo León (Inegi, 2007) y su nivel de cobertura en ANP.

Figura 8. Superficie de los tipos de vegetación del sistema ecológico bosque de coníferas en Nuevo León (Inegi, 2007) y su cobertura en ANP.

El análisis del grado de similitud entre los estados de México, con base al método de conglomerado jerárquico de las variables: número de especies de gimnospermas, cobertura de bosques de coníferas y rango altitudinal de su territorio, indica la existencia de dos grandes grupos, en el primero se encuentran Tabasco, Quintana Roo, Yucatán y Campeche, que carecen de bosques de coníferas y cuentan por tanto, con no más de cuatro especies de gimnospermas cada uno; el siguiente grupo, se divide a su vez en tres subgrupos, el primero, integrado por Colima, Baja California Sur y Aguascalientes que presentan una escasa cobertura de bosques de coníferas (<1% de su territorio), no más de 12 especies de gimnospermas y un rango de elevación entre los 1,420 y 3,693 msnm; el segundo grupo lo integran: Chihuahua, Durango, Oaxaca, Chiapas, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Estado de México, Puebla, Zacatecas, Coahuila y Nuevo León que cuentan con la mayor cobertura de bosques de coníferas en el país (entre 2.2 y 25.4% de su territorio), tienen entre 18 y 30 especies de gimnospermas (donde Nuevo León destaca con 30 especies) y su rango de elevación va de los 2,328 a los 5,533 msnm. El tercer grupo lo constituyen 13 estados, entre los que destacan: Hidalgo, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro y Veracruz con la menor superficie de bosque de coníferas (entre 1.4 y 7.9% de su territorio), un rango de elevación de los 3,085 a los 5,500 msnm y el mayor número de especies de gimnospermas (entre 20 y 31 especies) (Figura 9).

Figura 9. Porcentaje de similitud mediante el método de conglomerado jerárquico entre los estados de la república mexicana, con base las variables: extensión de bosques de coníferas, número de especies de gimnospermas y rango de elevación del territorio.

Con base en lo anterior, se concluye que Nuevo León destaca por tener el segundo mayor número (30) de especies de gimnospermas de México, después de Veracruz (31), no obstante que es un estado preponderantemente semiárido donde dominan los matorrales xerófilos, estando cubierto sólo el 6.4% de su territorio con bosques de coníferas. Mientras que, a nivel nacional, el 14% de la superficie de los bosques están dentro de ANP, en Nuevo León el 34% de este sistema ecológico está en ANP. Sin embargo, cuando se consideran los tipos de vegetación de este sistema ecológico, encontramos que los bosques de táscate, oyamel y de pino-encino, no alcanzan el 17% de cobertura en ANP, previsto en la meta de Aichi para protección de la biodiversidad. Asimismo, se debe considerar que, en Nuevo León, la gran mayoría de las ANP son omisiones administrativas de conservación ya que carecen de programas de manejo actualizados, así como el personal, infraestructura y recursos necesarios para operar adecuadamente.

Bibliografía

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* Autor

Dr. César Martín Cantú Ayala, SNII Nivel I

Líneas de investigación: Conservación de la biodiversidad, Áreas naturales protegidas y Análisis de vacíos y omisiones de conservación.

Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL.

Sus áreas de investigación versan sobre ecología animal, manejo de áreas naturales protegidas y evaluación de vacíos y omisiones geográficas de conservación (gap). Ha publicado 95 artículos en revistas arbitradas, cinco libros y 24 capítulos de libros.

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